Gracias a mi madre aprendí a amar el mar, a conocerlo, a necesitarlo... aprendí a nadar en esa playa... fue una de las primeras cosas que me enseñó al entrar en contacto con el agua... a nadar... eramos bien arriesgadas ambas al hacerlo y mi pobre padre esperándonos en la orilla rogando terminara bien la odisea del dia... jajaja, pobre viejo!...
Recordé también que después de ir a la playa, nos veniamos caminando nuevamente y pasabamos a comprar el clásico jurel, cerca del mercado... a mis primos les apestaba comer pescado, pero el único que comían era el que cocinaba mi mamá, tenia su adobo especial que lo hacía delicioso... o cuando lo hacia a la lata... yummyyyyy!!!.... o simplemente después de la ducha nos sentabamos a tomar oncesita y comíamos un rico pan batido con tomate con ajo y queso de vaca picado en trozos... amaba que mis primos vinieran de vacaciones... no tenia amigos por vivir en un sexto piso, no me dejaban ir a jugar con nadie ni alejarme del depa.... asi es que cuando ellos venían era mi paraiso...
Recordé también cuando a este grupo se acopló una amiga de mi madre y de mi tia, la Sra. Estela, que tenía tres hijos ( dos niños y la menor una niña)... y vivian en el edificio del frente... recuerdo que me gustaba su hijo mayor... y yo también a el, pero nunca hablábamos del tema ( estoy hablando de niños de 11 y 9 años)...hasta que ese dia veníamos de regreso y a la altura del molo, no se como se llama había unos cables que afirmaban el poste de la luz de esa esquina... tenía un tubito suelto que haciendo un poco de fuerza tirábamos y quien llegara mas alto ganaba... el se lucia , al ser uno de los mas grandes, llegaba mas lejos... pero fue mi turno!... tomo muuucha fuerza y lanzo, sin fijarme que el estaba a mi lado y muy cerca del tubo... Ayyyy!!!! ... quería morirme de la pena!!... al hacer el movimiento con fuerza, le golpee el ojo , como si le hubiese dado un feroz puñetazo... no podía ser... eso no me podía estar pasando a miiiii... jajaja... ya pueden imaginarse como le quedó el ojo... creo que fue la última vez que tuve cara para hablar con el y me tuve que aguantar la burla de mis primos que sabían que me gustaba... no fue la mejor forma de conquistarlo, creo yo... jajajaja... mis negritas no lo podian creer, mi marido se burló todo el viaje, y yo recordé con mucho humor ese episodio que me tuvo casi al borde de la depresión ese verano... y ahora al recordar me doy cuenta que todo pasa, las alegrias, las penas, las tristezas... y llega un momento que uno empieza a recordar y empieza a reirse de cada cosa que en ese tiempo parecia una tragedia, pero nos damos cuenta que estamos de pié otra vez y nuestra vida a seguido y en un rumbo mejor que el día anterior y todo solo se transforma en recuerdos... buenos o malos... depende de como uno quiera verlos... para mi, fue aprender que no debía llevar a mi esposo por ese camino y medir fuerzas con el con el tubo suelto de ese cable... jajaja
Recordé muchas otras historias mas de mi niñez...
Ya me di cuenta que entré en la etapa de los recuerdos y de contar las historias y las experiencias que tuve a la generación que me sigue... y si Dios lo permite, ya llegará el día en que le cuente a las demás generaciones las metidas de patas de la abuela... claro que... alrededor de una rica taza de café humeante...obvio!!...
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